domingo, 2 de junio de 2013

Arquímedes Ruiz Columbié, el mayor de los hermanos.



Arquímedes Chachá Ruiz Columbié: Un personaje de  leyenda… reforzada por la noticia de que un día se largó para El Yuma, tras ser retenido en un lugar lúgubre que tiene nombre de tubérculo: Boniato. Castigado por dar algo a los hombres, algo que el “jefe” de aquellos hombres no quería que fuera de conocimiento popular y decidió que Chachá se comiera los hígados cada día en aquel lugar.  En definitiva,  fue liberado de su castigo, pero obligado a llevar atado a él un pedazo de la historia de aquella roca. Informaciones recientes y bastante creíbles lo ubican en  Texas, USA. Algo que encaja con ese espíritu de cowboy que le atribuyen.

Son muchas las versiones sobre su lugar de origen. La más aceptada sitúa su nacimiento en una ciudad nombrada Guantánamo, cuna  del changüí.  Muchas personalidades de la música, incluso la Wikipedia, se empeñan en relacionar el término changüí con una especie de música de origen rural. Pero la persecución, y no precisamente por los músicos, que sufrió Chachá fue por crear un Changüí de “Nueva Generación”, por lo que terminó enclaustrado en aquella “residencia” que mencionamos antes, que en Cuba usan para los soñadores… “But he is not the only one”. Y todo porque no se comprendía que Nueva Generación disponía de un estado cuántico. Según se mida, tiene la probabilidad de ser una especie de menjunje musical, a la vez que una corriente filosófica que intenta una interpretación de la realidad cubana. El mito de Arquímedes, y no me refiero al que cuenta que le gustaba jugar en la bañera con las coronas de los reyes, ha ido creciendo por los muchos residuos de historias orales recopiladas por sus conocidos. Todavía en la actualidad se escuchan en las esquinas de ciudades como Guantánamo y Santiago de Cuba historias asociadas a la creencia de su poder para conducir  las nubes más  remolonas y hacerlas descargar a su antojo. Muchas universidades lo incluyen todavía en su staff de profesores, pero actualmente es profesor de Texas Tech University en Lubbock, donde consiguió el  PhD (una especie de condecoración por estar el día entero entre libros).  Siempre tuvo su faceta de escritor y, en muchos lugares, ha estado publicando sus historias,  dejando trazos de costumbrismo crítico en lugares tan disimiles como en este blog y una web  tachada de ¡Peregrina!   



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