viernes, 21 de diciembre de 2012

Una historia sueca.

Ileana Ballester Campdesuñer. De su origen sólo se ha podido rescatar un documento muy deteriorado con el término Cayo Mambí como lugar de nacimiento. Un topónimo que lingüistas desorientados no se ponen de acuerdo sobre su aparición. Según algunos ese lugar es tierra firme y otros afirman que es un cayo vagando aún en el Caribe y, como no se ha podido encontrar el lugar, todo comentario sobre este aspecto es discutible. Sin embargo algunas pocas personas se declaran nativas de la zona y se hacen llamar “cubanos”. La relación de Ileana con estos supuestos  oriundos del territorio siempre ha sido dudosa. Debemos tener en cuenta que existe un fuerte consenso sobre su origen nórdico. La insistencia de que ha estado mucho tiempo “haciéndose la sueca” sugiere que hay algo de verdad;  también existen rastro de ella en una ciudad muy al norte de Europa, porque “se dice” que se dedicó por mucho tiempo a enviar postales de una plaza soleada de Estocolmo, pero es  poco realista esa valoración y se afirma que toda la confusión viene de la deformación de la expresión: “Esto es el Colmo”, que en los registros paleolingüísticos de los llamados “cubanos” se supone  se pudo pronunciar así: “Eto´e Colmo”, de ahí todas las dudas de que en verdad sea sueca.



 De lo que sí existen pruebas claras es de su presencia por Cataluña, posiblemente motivado por el origen de su segundo apellido Campdesuñer. Pero es normal entre los  “cubanos”  andar buscando ancestros, particularmente no creo que por motivos culturales ni sentimentales y muy poco probable en busca de herencias… ¿Qué es lo que los motiva?, no se sabe a ciencia cierta; lo que sí parece particularmente especial es que estas búsquedas se concentran  en Europa y, muy particularmente, en Miami. Aunque en el caso de Ileana aquel viaje tendría motivos diferentes a los antes comentados. De aquella visita solo quedó claro que los portadores del apellido habían sido habitantes de un pequeño poblado costero nombrado Calella, por lo que se infiere que todo fue un despiste de los historiadores y en verdad Ileana estaba veraneando en la Costa Brava, como lo prueba una foto. Estos datos poco aclaran sobre su origen, de lo que hasta ahora sólo se tiene pocas evidencias. Sólo una confesión, confirmada, donde decía que de niña le gustaba caminar entre cañaverales de azúcar, pone en duda su origen catalán o sueco.

Lo que considero más creíble y a partir de lo cual comencé a investigar seriamente toda esta historia,  fue lo que le escuché por pura casualidad a un paisano en A Coruña. Estaba sentado en un pequeño bar escribiendo con mi ordenador, cuando escuché una conversación entre dos hombres en una mesa cercana.

-  era joven, caminaba por una calle Enramada de Santiago de Cuba, cuando vi a Ileana. No creo fuera la primera vez, pero tenía un semblante cálido como una aparición.

Me acerqué y pregunté: “¿Es usted cubano?”. “Que vaaa chico… yo soy gallego”, me contestó. Sin embargo, a pesar de su respuesta no le creí, su rechinante acento lo delataba. Le insistí al hombre para que siguiera hablando sobre aquella visión. Santiago de Cuba, una joven con aspecto de aparición; la historia tenía pinta de ser una de las leyendas de la ciudad perdida. Pero mis esfuerzos no dieron resultados. “No jodas más…” me contestó, y se levantó junto al otro largándose del lugar. Lo último que pude sacar en claro de ellos fue que tenían muy malas costumbres. Mientras caminaban espantaban las gaviotas posadas en el paseo marítimo de A Coruña.

 Algunos análisis de esta foto pretenden demostrar su condición de sueca, especialmente por esa mirada fría y desafiante. Otros consideran que su expresión es producto del esfuerzo por llevar tantas joyas colgadas del cuello, de ahí la inclinación de su torso. Pero la versión más creíble,  es que fue sorprendida in fraganti por los paparachis que hace años buscaban prueba de su existencia, a raíz de su desaparición luego de expresar: “no volveré a cocinar más con un fogón de luz brillante…”

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