domingo, 9 de junio de 2013

Carta de la Dra. Mª Alejandra Almenares



Unos días atrás encontré por Facebook a María Alejandra. Posiblemente, 20 años que no tenía noticias de ella, hace mucho, mucho…  que salió de Cuba. Le pregunté cómo le había ido y me escribió una carta. Me emocioné tanto, que pensé que sería bueno publicarla, autorizado claro está,  y que la pudieran recibir y leer, como si fuera para ustedes.

Hola Gabriel,

Me dices que estas por Galicia… que bueno. Me pides que te cuente como me ha ido y, como ha pasado tanto tiempo que no nos vemos, te cuento desde el principio.

Mi infancia... como la de todos por allá: colas para los juguetes, siempre con esa sensación de que todo lo que hacíamos era clandestino, por algo, por lo que fuera. Nunca pensé irme del país, sin embargo lo hice y fue lo mejor que pude hacer. He ganado libertad, educación -hablo de esa que no se logra con solo asistir a clases- y sé lo he podido trasmitir a mi hijo; enseñarlo a comer con cuchillo y tenedor,  a tener modales en la mesa y con las personas, a respetar las opiniones ajenas... es libre y, "lamentablemente", nunca ha vuelto por allá.


Llegamos los tres: Ricardo mi marido, nuestro hijo Alex y yo en noviembre 1994, pensando siempre que venía a limpiar, que venía a hacer cualquier cosa. No obstante traje todos mis documentos en regla...  el título de medicina, etc. Llegué y conté, como muchos, con la ayuda de otro cubano,  que me dijo lo que tenía que hacer... para homologar el Título de Medicina en El Ministerio de Educación y Ciencias.

No sé sí te acuerdas que en Cuba hice Bioquímica Clínica como especialidad, pues NUNCA estuve en un hospital después de la carrera... y al llegar, me puse a estudiar ¡medicina de urgencias! hasta que me llegó el título, seis meses después. Viviendo con 1000 pesetas por día, unos  6 €, una vez pagado el alquiler.

Comencé a trabajar como médico de urgencias, muchas horas... hacia unas 360 horas mensuales. Posteriormente, dejé las guardias y empecé de día, combinando hasta con tres lugares distintos; llegué a tener hasta  cuatros trabajos, donde ejercí como médico del trabajo, controlando las IT (incapacidades laborales),  bajas médicas, seguros de accidentes de tráfico, daño corporal, visitas a domicilio. Así, hasta que hace unos años una de las empresas dejó de pagarme, al final se quedó debiéndome  más de 6,000 €. Entonces empecé en la Seguridad Social, pensé... con el gobierno... con quien mejor...  pues qué te cuento, como una esclava, entraba por la mañana en un trabajo hasta las 4:00 pm y a las 5:00 entraba en la Seguridad Social hasta las 12:00 de la noche. Hablamos de 16 horas diarias, mínimo 4 veces por semana y en ocasiones uniendo semanas, pues me coincidía el fin de semana con las guardias de la Seguridad Social. Un mes dijeron que el siguiente sería diferente...  y me di cuenta que algo venía caminando... ¡LA CRISIS!,  y pensé que tenía que hacer lo mío, que tenía que buscar una titulación de este país, algo que me permitiera acreditar mis conocimientos, pues medicina general es poco y, bioquímica, aquí es nada...  Realicé talleres de nutrición en Barcelona, curso de láser en la Clínica Planas, diplomado en medicina estética en la Universidad Autónoma de Barcelona... todo eso a la vez, y manteniendo el trabajo; podía estar más de dos semanas sin descansar entre los viajes , entre las clases en la universidad y las guardias...  Pero, ¿te digo algo?, Dios me alumbró el camino, conoces el libro "¿Quién se ha robado mi queso?" o "Vivir es un asunto urgente". Hay que moverse Gabriel, aunque ello te produzca estrés, si no la vida te pisa, hay que sacrificarse constantemente si quieres obtener algo.

Los momentos difíciles te hacen crecer y sacan de ti lo que no te imaginas... Hace algo más de un año decidí abrir mi propia consulta y no depender  de otros para salir adelante.

Es mi sueño... y no lo sabía. Mi consulta es bella, blanquita, con una paz impresionante, cálida, armónica. Allí fueron pacientes de nutrición que atendía  en otros centros y luego fui dando mis pasos con mucha precaución y respeto en la medicina estética. Hoy más personas me conocen y estoy muy feliz con lo que hago.

Apasionada con lo que hago, inventando algo nuevo cada día...tratando de dar lo que tengo, PRINCIPIOS. Participando constantemente de cualquier oportunidad para aumentar conocimientos: cursos, talleres, congresos. Estudiando a diario y revisando las últimas novedades. Espero tener vida para seguir disfrutando…

Tengo un hijo de 26 años que está terminando la carrera de Arquitectura en Barcelona.... muy bueno, noble, educado, serio, formal... y como de milagro, de esos que ocurren y tú ni te lo puedes creer, está de novio con la hija de una amiga, que también tú conoces, la Dra. Rosa María Gandía.

Y no puedo dejar de mencionar a Ricardo, que ha sido el gran apoyo para lograrlo. Ya comenzamos a recoger frutos con la graduación de mi hijo Manu...

Un beso muy grande... Me has hecho pensar en todo esto…

María Alejandra.

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