martes, 10 de junio de 2014

La verdadera historia del Gazpacho




Esto que voy a contar seguro que no cae bien entre los españoles; en especial a los andaluces. “Vas por mal camino” me dice mi novia, que mira por encima de mis hombros lo que escribo en el ordenador.




¿Qué es el Gazpacho?

Según la wiki: Se conoce como gazpacho a un tipo de preparación culinaria consistente en la elaboración de una sopa fría con ingredientes como el aceite de oliva, vinagre y hortalizas crudas: generalmente tomates, pepinos, pimientos, cebollas y ajo.

En muchas recetas también lleva al menos dos rebanadas de pan del día anterior, sin la corteza. Encontré en internet muchas maneras de prepararlo, les pego una.



Preparación

Poner a remojo las rebanadas de pan. Se colocan en un cuenco con agua hasta cubrirlas, añadiéndoles un poco de sal y aceite.  Pelar y trocear los tomates, los pimientos, el pepino, la cebolla y el ajo. En la batidora eléctrica, coloque la mezcla de ingredientes, añada un poco de agua y triture hasta conseguir una crema. Se añade el pan con el agua, el vinagre y se bate nuevamente hasta conseguir que todo esté bien triturado y emulsionado. Añadir agua fría y mezclar bien. Comprobar el punto de sal y vinagre. Pasarlo por un colador chino o un pasapurés, para eliminar la piel de pimiento. Añadir más agua si fuera necesario, tiene que quedar una textura de crema líquida. Introducirlo en la nevera hasta conseguir la temperatura deseada y en el momento de servir rociar con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, que mezclaremos con una cuchara de madera.

Desde que vivo en España siempre me están dando la lata con el gazpacho. Cada vez que llega el verano venga gazpacho y venga gazpacho. Lo venden en envases de todo tipo… ¡hasta en botellas de plástico!

Un día mi  novia invitó a unos amigos y compró ingredientes para preparar el gazpacho total. Ella conoce que mi afición por el plato es nula, por eso advirtió con firmeza que hoy hay gazpacho y/o gazpacho. Yo le expliqué que no es que no me guste, es que lo prefiero con otra consistencia, y me respondió con esa expresión tan peninsular: “tú mismo…”

“Bueno, déjame ingredientes suficientes para mi propia receta”, le dije. Cuando ella terminó  comencé con mi faena.

Estaba yo preparando mi “gazpacho” con la consistencia apropiada, según mi criterio, cuando llegó la gente. Me saludaron desde la puerta y les devolví el saludo. En unos segundos mi novia se revolvió en la cocina buscando platos y cubiertos, apurándome para que terminara lo que estaba haciendo o lo dejara.

No me quedó más remedio que poner el turbo:

De un tajo abrí en dos un buen trozo de pan. Corté en rodajas un tomate grande, medio pepino y una cebolla. En el mortero puse dos dientes de ajo, un chorro de aceite de oliva y sal. Machaqué los ajos en el aceite y la sal. Vertí la mezcla en un plato llano, presione las dos tapas crujientes de pan contra el plato, ensopándolas. Coloqué una capa de cebolla, otra de pepino y una de tomate. Me disponía a colocar la otra tapa de pan cuando recordé que debía llevar algo de beber; en mi receta el “gazpacho” no lleva agua. Abrí la nevera por una cerveza y entonces vi el jamón;  el punto que faltaba. Tomé dos, tres, hasta cuatro lascas y las empotré en el tomate. Repetí con otra capa de tomate, pepino y cebolla. Cerré con pan y fin de la historia. 

Esta es tan solo una de mis variantes, pero tengo muchas más de “gazpacho”  con una textura SÓLIDA.





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